Oaxaca en el Arte

19.02.2016 12:53

Todos conocemos la riqueza del estado de Oaxaca, en nuestro maravilloso México. La propuesta cultural es bien sabida en todos los ámbitos de la sociedad y con los artistas plásticos se ha logrado posicionar particularmente al estado como punta de lanza en el imaginario creativo de los creadores latinoamericanos.

La herencia de pintores como Tamayo, Gutiérrez o Zárate; o el ejemplo de Toledo, Hernández y Andriacci amplían el abanico de colores con los que podemos disfrutar y comentar el arte contemporáneo.

Hoy por hoy, la propuesta de los creadores emergentes como Virgilio Santaella, Rolando Rojas, Amador Montes, Rodolfo Morales, Alejandra Villegas, y Xavier Sheremberg, permite que cualquiera de nosotros, los mortales, tengamos una emoción estética diferenciada por arrebatos de luz expresados con una técnica madura y dominada.

El arte Oaxaqueño nos dota de material increíblemente logrado; desde el clásico hasta el más vanguardista. Locales y extranjeros aplauden los esfuerzos que se logran con mirada nueva y fresca a la plástica contemporánea.

Estos artistas llevan el oficio en la piel y lo pegan con sangre de pasión con pinceladas armoniosas que llevan siempre mensaje. La cal, la arcilla, el grafito, el acrílico; todo se combina en pos de una emoción estética, de un mensaje esperanzador o incluso de protesta.

Visita la galería de Dora Luz Martínez; aquí te podrás adentrar en un viaje de color arte y belleza; donde se repone el arte mestizo y el sincretismo reforzando el diálogo de los espíritus que danzan en el prisma de impresiones del alma.

Dora Luz y su equipo te permiten valorar la propuesta de la escuela oaxaqueña. Se combina el espacio intimista de los artistas junto con la relación que el coleccionista busca para sus adentros.

Es la nueva prosa visual; el amante de los acervos de arte abre su universo interior provocando ese anhelo de leyenda; esa necesidad de ser grande con los suyos. Los mexicanos que vibran a la par con las fuerzas del cosmos policromado.

Relatos fantásticos, anécdotas, el viaje en la naturaleza, la tierra húmeda, las superficies y texturas; la inmanencia de las aves juguetonas en el etéreo pensamiento que converge en un hermoso crisol llamado lienzo.

Qué afortunados somos; el arte Oaxaqueño al alcance de todos. No es necesario ser un iniciado para conmovernos por la fuerza del pincel, o la sutileza del lápiz en la superficie gráfica para atesorar y llenar el espíritu interior y el de nuestros seres queridos.

Dejémonos influenciar por nativos de San Pablo Huitzo, de Tehuantepec, Ocotlán y de la misma capital de Oaxaca. Resguardemos en nuestros corazones la magia que nos ofrecen sus creadores. Dejemos que nos den una visita guiada por el talentoso equipo de Dora Luz Martínez y hagamos un traslado a nuevas conjeturas, a una travesía que presagie el mejor solaz en nuestros hogares, al contemplar una obra de arte coherente y vigente en nuestros tiempos y a favor de nuestros descendientes.

Adquirir una obra de arte oaxaqueño será siempre señal de vida, intuición y anhelo por las cosas bien hechas.