El arte abstracto

25.09.2015 11:58

 

"No tengo miedo de hacer cambios, destruir la imagen...
Porque la pintura tiene vida propia.”
Jackson Pollock

El  arte abstracto  a diferencia de otros movimientos artísticos se aplica a muchas y distintas artes visuales, entre ellas: pintura, escultura y artes gráficas. Su aplicación a otras artes plásticas, como la arquitectura o a artes no plásticas como la música, danza o literatura,  para estos artistas y literatos hacen uso de lo bibliográfico.

Por arte abstracto, los artistas entienden que es todo el arte que prescinde de toda figuración (espacio, objetos, paisajes, figuras, seres animados e incluso formas geométricas).

Una obra abstracta, entendida de forma estricta, no puede hacer referencia a algo exterior a la obra, sino que propone una nueva realidad, dejando  de considerar la necesidad de la representación figurativa y tiende a sustituirla por un lenguaje visual autónomo, dotado de significado iconográfico.

La abstracción se aparta de la realidad en la representación de las imágenes del arte, el distanciamiento de la representación puede ser ligera, parcial o completa. La abstracción existe con cierta graduación, al menos la representación perfecta es extremadamente improbable.
La obra de arte que se toma libertades, alterando el color y la forma de maneras evidentes, puede decirse que en parte es abstracta. La abstracción total no conserva ninguna traza de referencia a nada reconocible. El arte figurativo y la abstracción total son casi mutuamente excluyentes.

El arte abstracto es una de las manifestaciones más significativas del arte del siglo XX. Su lenguaje se elaboró a partir de las experiencias de vanguardia por un lado, el fauvismo y el expresionismo liberaron el color, lo que derivó hacia la abstracción, seguido por el cubismo, que hizo hincapié en la conceptualización de la forma y de la composición, lo que llevó a abstracciones geométricas y constructivas.

Algunos pintores de la época son:

Pablo Serrano

(Crivillén, Madrid1908-1985) considerado uno de los más importantes del siglo XX. Pasó 25 años realizando esculturas, logrando pureza de formas comparables. Años después obtiene el Primer Premio Nacional del Salón de Bellas Artes de Montevideo, siendo ya el escultor más reconocido de Uruguay y un referente en Sudamérica.

Sus obras están expuestas en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), el Museo del Ermitage de San Petersburgo, el Museo Guggenheim de Nueva York, entre otros.

Jackson Pollock

(Nueva York 1912-1956) un influyente pintor del arte abstracto, con un estilo único en el que gozaba salpicar su pintura en el lienzo.
A pesar de ser una persona un poco aislada y con una personalidad un tanto volátil, ingreso a la Preparatoria de Artes Manuales de Los Ángeles.

Años después fue introducido al uso de pintura líquida, en un seminario experimental impartido por el muralista mexicano David Alfaro Siqueiros. El artista utilizó la técnica de verter pintura en sus lienzos, después de mudarse a Springs, comenzó a pintar con los lienzos recostados en el suelo del estudio y desarrolló su técnica de salpicar pintura.

Héctor Poleo

(Caracas, Venezuela 1918-1989) Formado en la Academia de Bellas Artes de Caracas, obtuvo una beca para estudiar pintura en México, donde recibió influencia de los artistas de Realismo social; entre ellos, Diego Rivera.

Años después se trasladó a Nueva York y en 1948 fijó su residencia definitiva en París y regresó a Caracas una década después. Recibió el Gran Premio Internacional de Arte Contemporáneo del Principado de Mónaco (1969) y el Premio Nacional de Artes Plásticas (1986).

Virgilio Santaella

(San Pablo Huitzo, Oaxaca 1964) artista abstracto que hace uso de la evocación, remitiendo a la noche, al día, a la intimidad que puede surgir entre dos personas, o simplemente, a un instante en el tiempo.

El artista se ha caracterizado por sintetizar los objetos y los sentimientos, con un lenguaje claro para el espectador. En su obra deben involucrase los sentidos, provocar al público a transportarse por entre los recuerdos, más allá de lo ajena que pueda ser la pintura.

Abriendo las puertas a su interior, el pintor le muestra a la audiencia quién es, al emplear blancos, transparencias y matices monocromáticos.