Arte urbano: el límite entre lo vandálico y lo artístico
Con su particular toque entre lo lúdico y la rebeldía y su comentario como critica social, el arte callejero o Street-art, ha conquistado su lugar como movimiento artístico pasando de la calle a instalarse en los museos, que han hecho un hueco en sus galerías y paredes para el arte urbano y el grafiti.
Los artistas callejeros deben mucho a el pionero Aaron Rose, artista, músico, cineasta y curador artístico independiente. Rose logró cambiar la visión negativa que impregnaba al Street-art y grafiti, cuando en 1992 logró juntar un azar de diversos artistas para montar una exposición que llenó de vida a un minúsculo callejón en Nueva York, creando la Alleged Gallery, lugar que sirvió de plataforma para creativos que les facilitó establecer contacto y estrechar amistades entre sí.
Todos iniciaron siendo parte de pequeñas tribus urbanas, skaters, grafiteros o artistas callejeros, cineastas independientes y escultores, como el fotógrafo Terry Richardson, el polémico cineasta Larry Clark, y el diseñador y activista, Shepard Fairey, conocido como Obey, diseñador de la camiseta más famosa del mundo, la que diseño para Barack Obama con la palabra “Hope” (esperanza, en inglés). Rose y sus colaboradores eran poco conscientes del enorme potencial que el arte urbano cobraría en poco tiempo.
En su documental Beautiful Losers, Rose da cuenta de los problemas socio-económicos de los años 80 en los Estados Unidos, Rusia y Europa que germinaron el nacimiento del arte urbano como una forma de expresión y rebeldía.
Este movimiento cobra fuerza en los años 90 con la iniciativa de Alleged Gallery, y van surgiendo nuevos artistas que forman colectivos para presentar sus obras, acercando el arte urbano al ciudadano de pie al llenar de color e imágenes los grises muros de las ciudades.
Algunos nombres destacados del arte urbano son el británico Banksy, famoso por sus monumentales exhibiciones como Dismaland , y el artista de grafiti y carteles, el mexicano Pablo Delgado, entre muchos más.
La mayoría de los artistas urbanos encuentran plataformas para expresarse ya sea con encargos municipales, diseños de portadas de discos, logotipos, camisetas, etc., pero el prestigio dentro del mundo del arte urbano es lo más importante, un artista urbano nunca pierde su esencia juvenil, rebelde y callejera.
De Estados Unidos y Europa el boom del grafiti y el arte urbano emigró a México, donde tardó en desenvolverse, pues era visto como vandalismo y no cómo una expresión artística. Pero con persistencia el arte urbano se ha apoderado del escenario mexicano con una esencia dispuesta a jugar con la imaginación, una transgresión que logre la reflexión del espectador y despertar esa sensibilidad que a veces le falta al mexicano.
De los últimos grandes eventos relacionados con el arte urbano es el Festival All City Canvas, que se origina en México en 2012 y desde entonces reúne a diferentes artistas internacionales, invitándolos a intervenir muros en el centro de la Ciudad de México.